Lo malo ya pasó...

Si... Ya sé que tenía que haber escrito antes. Que muchos estabais pensando que ya se me había pasado la tontería del blog. Pero no. No he escrito desde el primer día de forma consciente. Si lo hubiera hecho, solo hubiera puesto cosas negativas, y no era justo.

Los primeros días, a pesar de tener la inestimable ayuda de Omar (@torrespestano), lo veía todo muy oscuro. Hacía demasiado frío, no conocía a nadie, era muy difícil encontrar piso,... En estas tres semanas escasas que llevo aquí, he pasado por casi todos los estados de ánimo posible que puede pasar una persona, pero ahora estoy en un buen momento.

Como muchos ya sabéis, porque habéis ido hablando conmigo durante este tiempo, lo que más me ha mermado ha sido el encontrar piso aquí. Sabía que antes o después lo iba a hacer, pero la duda era ¿cuándo? Además, mientras tenía que estar 8 horas trabajando, tampoco podía dedicarle mucho tiempo. Sin duda, si tenéis pensado viajar al extranjero e independizaros, tener en mente que esta siempre va a ser la peor parte, pero en cuanto la superéis, todo irá sobre ruedas.

Gracias a Dios ya tengo un hogar. Es una casita de 3 plantas en una zona residencial de Düsseldorf. No es céntrico pero no está lejos del centro. De hecho, tardo 20 minutos en llegar en tranvía al centro y sólo 10 minutos en bus al trabajo, lo cual se agradece muchísimo. Yo estoy en el tercer piso, compartiendo mi día a día con la gran Elena (@elenamariel) que me cuida muchísimo (y yo a ella), y con una chica que llamamos Casper, porque sabemos que está pero casi ni la vemos. No tenemos lavadora, pero tenemos nuestra propia cocina y baño con calefacción, y mi habitación es muy muy acogedora.

Los próximos días os iré contando que es lo que tiene que hacer cualquier persona que quiera venirse a vivir a Alemania, por si alguien, gracias al destino y al caprichoso SEO, aterriza en este blog, tenga una pequeña guía de referencia.

Lo primero de todo... ¡PACIENCIA!